Historia náutica de Burgos y Castilla

EN ESTA PÁGINA,  DESTACAREMOS NUESTRA HISTORIA NÁUTICA  Y  DE  LOS ILUSTRES MARINOS,  BURGALESES  -  CASTELLANOS,  EN LA CUAL  LOS QUE ESTÉN INTERESADOS,  PODRÁN  APORTAR AL BLOG,  SUS CONOCIMIENTOS HISTÓRICOS Y CONTEMPORÁNEOS. 

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Antonio Valdés y Fernández Bazán   (Fuente Wikipedia)     


Antonio Valdés y Fernández Bazán. Atribuido a Rafael Tejeo. Siglo XVIII. (Museo Naval de Madrid).
Antonio Valdés 
y Fernández Bazán 
(Burgos1744 - Madrid4 de abril de 1816) fue un marino y militar español, 4º capitán general de la Real Armadasecretario de Estado del despacho universal de marina e Indias (cargo equivalente al actual de ministro) y caballero del Toisón de Oro.

Su padre fue Fernando Valdés Quirós, hidalgo asturiano, nacido en el Palacio Valdés-Bazán, que fue ministro de Hacienda. Sentó plaza de guardiamarina en el departamento de Cádiz el 26 de octubre de 1757. Continuó sus estudios, ascendiendo a alférez de fragata el 29 de junio de 1761. Embarcado en el navío Conquistador, perteneciente a la escuadra bajo el mando del marqués del Real Transporte, se hallaba en el puerto de La Habana en ocasión del ataque británico de 1762. Desembarcó para la defensa y fue destinado a guarnecer el Castillo del Morro, a las órdenes de Velasco. Mientras se rendía la fortaleza después de morir su gobernador, Valdés pudo retirarse en un bote con algunos soldados de marina y artilleros al Castillo de la Punta, siguiendo en la defensa de éste hasta que capituló la plaza y fue transportado al puerto de Cádiz.
Fue destinado al apostadero de Algeciras, con cuyos buques combatió contra los piratas berberiscos; bajo los mismos muros de Argel represó una embarcación española. Por su valeroso comportamiento fue ascendido a alférez de navío el 17 de septiembre de 1767. Continuó desempeñando mandos de navíos, de divisiones y escuadra, siendo ascendido a brigadier el 5 de mayo de 1781.
Fue nombrado director de la fábrica de artillería de La Cavada, consiguiendo elevarla de su deplorable estado. Aún se conservan sus instrucciones para el gobierno y régimen de esta fábrica y de la de Liérganes. Cumplió su cometido con tal acierto que, al terminar, había sido ascendido a jefe de escuadra, siendo nombrado Inspector general de Marina.
Al estar gravemente enfermo el marqués Pedro González de Castejón, secretario de Estado y del despacho universal de marina, el rey mandó preguntar a éste quién creía más idóneo para sucederle en su cargo. Indicó para ello a tres generales de marina y en primer lugar a Valdés, que de hecho pasó a sustituir al marqués a su muerte, acaecida el 9 de marzo de 1783, encargándose ese cargo (del Ministerio de Marina cuando sólo tenía 38 años de edad.
Fue digno continuador de sus ilustres predecesores en el ministerio: José PatiñoEnsenada y González de Castejón. Toda la obra iniciada por los antecesores estaba falta de "base nacional", es decir, de la infraestructura económica necesaria, y tenía que fundamentarse en las importaciones del extranjero. Valdés supo obviar ese grave inconveniente y emprendió su gran obra.
En 1785 presentó al rey varios modelos para la bandera de los buques y Carlos III escogió la roja y gualda, que más recordaba las glorias españolas, desechando"todo perecedero signo de linaje". Se amplió el Arsenal de la Carraca y se acometió la construcción del dique; aprobó el proyecto de la nueva población de San Carlos; llevó a efecto el libre comercio con América, con la institución de consulados en las principales capitales, y se creó la Compañía de Filipinas.
En 1787 se inauguró el dique de La Carraca, entrando el Santa Ana, uno de los mayores de la época, de tres puentes y 112 cañones, y al año siguiente otro de tres puentes, el Conde de Regla. Se ampliaron los parques de artillería; se atendió al personal, aumentándosele los sueldos y creándose el montepío.
Mejoró también la instrucción de los oficiales; formó una escuadra compuesta por nueve fragatas, al mando de Juan de Lángara; se establecieron en todos los departamentos cursos de altas matemáticas y bibliotecas; amplió la enseñanza de la artillería; proveyó de material científico al Colegio de Medicina y Cirugía de Cádiz; abrió para la marina mercante un segundo Colegio de San Telmo en Málaga y se constituyeron cátedras en Barcelona, regentadas por el antiguo corsarioCinibaldo Mas.
Se impulsaron las expediciones científicas, tales como la de Antonio de Córdoba al estrecho de Magallanes y la de Alejandro Malaspina con las corbetasDescubierta y Atrevida y la de los bergantines Descubridor y Vigilante, al mando de Cosme Damián Churruca.
Encomendó a Vicente Tofiño el levantamiento del Atlas hidrográfico de las costas de la península, islas adyacentes y África; creó el Depósito Hidrográfico y se trasladó el observatorio a la Isla de León. Satisfecho el rey Carlos III le encargó también la secretaría de Estado y despacho universal de Indias, vacantes por fallecimiento de José de Gálvez. Valdés supo designar para los puestos de gobierno de Indias a los prohombres más capacitados para ello.
El rey, al ver lo manifiesto de su obra, le confirmó la plaza en el consejo de Estado en el año 1787 y le ascendió a teniente general en 1788, dándole además la llave de Gentilhombre de cámara de Su Majestad. Cuando fue ascendido, exclusivamente por su mérito, ocupaba el puesto número trece del escalafón de tenientes generales.
En 1792, terminadas las obras del arsenal de Cartagena, Valdés fue promovido al empleo de capitán general de la Real Armada y al terminarse la guerra con Francia, por la Paz de Basilea el 22 de julio de 1795, le confirió el rey el Toisón de Oro. A consecuencia de sus numerosas instancias y renuncias cesó al fin en el ministerio el 13 de noviembre de 1795, y el rey le dio muestra de su aprecio en un decreto muy encomiástico, ordenando se le conservase el sueldo y los honores de ministro.
En 1797 pasó a Cádiz para presidir el consejo de guerra de oficiales generales que debía juzgar a don José de Córdova y a Francisco Morales de los Ríos por su actuación en el desgraciado combate de San Vicente de este mismo año, así como a los demás comandantes que tomaron parte en la acción.
Al debatirse la cuestión sobre si debía o no existir el almirantazgo, el rey pidió reservadamente a Valdés un detallado informe, sobre la mejor organización de la armada; su parecer se consideraba de gran valor, ya que Valdés había estado doce años al frente de ella. El almirantazgo había quedado suprimido en el reinado de Felipe V y se había establecido en su lugar la Dirección General de la Armada. Esta institución adolecía de algunos defectos que la experiencia y el tiempo hacían palpable.
Valdés proponía restablecer una especie de almirantazgo que se encargase de lo gubernativo, militar y económico y diese al cuerpo una doctrina inmutable, fuese cual fuese el ministro al frente. Podían constituirlo a su juicio, los tenientes generales Mazarredo, Gil de Lemos, y Tejada; el ingeniero Tomás Muñoz, el jefe de escuadra Núñez Gaona, el intendente marqués de Ureña y como secretario José Espinosa y Tello. Aunque de momento no se admitió esa idea, ya que el ministro no quería organización que limitase sus funciones, en febrero de 1803 se instituyó al fin el Consejo del Almirantazgo.
Continuó Valdés en la capital Madrid, de decano del Consejo de Estado y presidente de la Asamblea de San Juan. Durante el desempeño de estas altas funciones falleció a los 72 años de edad. Fernando VII mandó que se le hiciesen los honores de capitán general de la Real Armada con mando, los más altos entonces.

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Antonio Gutiérrez de Otero 

(Burgalés de Aranda de Duero)

Antonio Gutiérrez de Otero y Santayana (Aranda de Duero, Burgos,1729 –Santa Cruz de Tenerife 1799) fue un Mariscal de Campo español, reconocido entre otros logros por haber repelido el ataque de la Marina Británica a la isla de Tenerife en 1797.
El coronel Gutiérrez participó en 1770 en la expedición española a las Islas Malvinas tras zarpar el 11 de marzo de 1770 de Montevideo bajo el mando del capitán de navío Juan Ignacio de Madariaga. Durante dicha expedición derrotó a los ingleses bajo el mando del capitán William Malby y tomó Fort GeorgePuerto Egmont, con lo que restableció la soberanía española en el archipiélago.
D. Antonio Gutiérrez así mismo participó en la expedición contra Argel de 1775 y en el Bloqueo de Gibraltar. Era por esa época Comandante de la isla de Menorca y Gobernador de Mahón y ostentaba el mando general de las Armas del Reino de Mallorca, y después de esa campaña fue ascendido a Mariscal de Campo y trasladado a las Islas Canarias.
El General Gutiérrez había sido nombrado Comandante General de las Islas Canarias en 1790, y tenía su residencia en Santa Cruz de Tenerife.
Durante los días 21, 22, 23, 24 y 25 de julio de 1797 la isla se vio atacadapor una escuadra británica mandada por el contralmirante Horacio Nelson, formada por siete navíos y fragatas y un total de 900 hombres como tropas de desembarco, que pretendía la conquista de la isla. En aquellos momentos Canarias prácticamente carecía de unidades militares, por lo que la defensa corría a cargo de milicias formadas por los propios vecinos. A pesar de las escasas defensas, las milicias bajo el mando de Gutiérrez repelieron el asalto. La escuadra británica sufrió un total de 226 muertos y 123 heridos, incluyendo al propio Nelson que perdió un brazo, y los españoles tan solo 23 fallecidos y 40 heridos.

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ALMIRANTE, Ramón de Bonifaz

(Burgalés)



 Ramón de Bonifaz y Camargo (Burgos, 1196 - Ibidem, 1252 ó 1256) fue un noble, marino y militar español, "rico hombre de Castilla", "sabidor de las cosas de mar", primer Almirante de Castilla y creador de la Marina Real de Castilla. En el año 1247 Fernando III el Santo le encarga la organización y dirección de una flota que contribuyó de manera decisiva a la reconquista de Sevilla.

Vida

No hay unanimidad entre los historiadores sobre el origen de Ramón de Bonifaz, al que algunos consideran francés, otros laredano y otros nacido en Burgos, de donde llegó a ser alcalde en diversos momentos. La Crónica Generalde Alfonso X dice de él que era "Omne de Burgos". Sin embargo en la época lo más habitual era incorporar el área de procedencia al apellido, de modo que hay quien cree que Camargo sería su zona de procedencia, donde aprendería el oficio de la mar. Parece ser que la "Armada de Castilla" se formaba en la costa cántabra, y para facilitar las comunicaciones con el interior de la Península y la Corona, se situó su administración en Burgos.
Fue presentado al rey Fernando III el Santo cuando estuvo en Burgos en 1245. Enterado el monarca de sus grandes conocimientos marineros, le encargó, a principios de 1247, el apresto en los puertos de Vizcaya y Guipúzcoa de una flota que había de operar en coordinación con su ejército para la reconquista de Sevilla.
Bonifaz entregó las reales cartas a los consejeros de las provincias del norte y ellas tuvieron de estimular la emulación entre navieros y navegantes, especialmente en las Cuatro Villas de la Costa (Laredo, Castro Urdiales, Santander y San Vicente de la Barquera). Una vez constituida su armada se puso rumbo al sur, reforzándola a su paso por Galicia con nuevos buques y tripulantes.
Llegó a reunir una flota de 13 naves de vela, además de 5 galeras que se habían construido ex profeso a expensas de la Corona en los astilleros de Santander a lo largo del año de 1247.
Se presentó Bonifaz con su armada en la desembocadura del Guadalquivir a principios de agosto de 1247, después de una navegación con temporales fuertes que acreditaron su pericia marinera. Allí derrotó a la flota de saetías y zabras moras que mandaba Abu Qabl, que trataron de impedirle el paso, así como la que conducía a Sevilla refuerzos desde el Norte de África.
Remontó el río en cooperación con la caballería cristiana, apoyado desde la margen izquierda por el rey, a la sazón en Alcalá del Río, envió a tomar contacto con la flota para evitar el apoyo que de otro modo se hubiese dado a las naves musulmanas desde dicha ribera, hostigando a los cristianos.
Dominado el curso del Guadalquivir, en su parte cercana a Sevilla por el sur, ello permitió el paso de las fuerzas a la margen derecha y por tanto el ataque al importante arrabal fortificado de Triana y el destacar el necesario guarda flanco para evitar que acudiesen los socorros enviados por el rey moro de Niebla, Su'ayb ibn Muhammad ibn Mahfuz.
La acción decisiva de la flota fue la rotura del puente-barrera que unía a Sevilla con Triana, que era el principal obstáculo que se presentaba a los buques cristianos para remontar el río hasta la ciudad. La crónica expresa la dificultad que representaba el puente-barrera, que era de barcas amarradas con gruesas cadenas, al esfuerzo del rey Fernando, cuyas tropas no bastaban para completar el cerco de Sevilla-Triana, no obstante los refuerzos enviados por el rey de Aragón, Jaime I, a pesar de estar empeñado en su propia guerra con el moro en el sur de Valencia, en la frontera con Murcia. Dice la crónica: "Con todo estado lo hecho (la ayuda de Jaime) se tenía por poco estar en pie la puente que había sobre barcos, entre la ciudad y el arrabal de Triana".
Se proyectó que la operación de ruptura del puente-barrera se efectuara un día de viento y marea favorable y éste fue el 3 de mayo de 1248, en que se conmemoraba la Invención de la Santa Cruz en la flota y en el real de los cristianos. Bonifaz preparó sus dos naves más gruesas, probablemente dos carracas de carga, reforzando sus proas con gruesas tablas sujetas con pernos.
Empezó la acción al subir la marea y con el viento a favor, pues ya previamente se habían reforzado los palos, para que aguantasen la embestida. Las naves se lanzaron a toda vela contra el puente, que retembló al choque de la primera y se rompió al de la segunda, que era precisamente en la que iba Bonifaz.
Se dio un asalto general a Sevilla y a Triana que fue rechazado, pero la resistencia de los moros estaba herida de muerte, al no poder recibir más refuerzos. Las fuerzas cristianas pudieron perfeccionar el cerco y anular la navegación de las naves moras, llegándose así a la rendición de la ciudad de Sevilla. Dice la crónica que en la rotura del puente "consistió toda la victoria, porque los moros desde aquella hora conocieron ser vencidos". En efecto, el rey musulmán Axataf, al verse cercado y sin esperanzas de socorro, rindió la ciudad a los cristianos el 23 de noviembre de 1248.
Este hecho quedó reflejado en el escudo de Santander (que con el Estatuto de Autonomía pasaría a integrar también el de Cantabria), donde se pueden apreciar la Torre del Oro y una nave rompiendo las cadenas en el Guadalquivir; y en el escudo de Avilés.

Era palpable, después de esta experiencia, la necesidad de una fuerza naval propia de la Corona, y así el rey Fernando encargó a Bonifaz la construcción de unas atarazanas o astilleros donde se construyeran las naves necesarias. Las estableció a orillas del Guadalquivir, en Sevilla, en el Arenal, siendo estas las Atarazanas Reales de Sevilla, a instancias de Alfonso X en 1254, y su alcaide fue Fernán Martínez Badana. Bonifaz consiguió con las fuerzas a su mando limpiar el río de obstáculos de tal modo que poco después las naves mercantes genovesas, pisanas, florentinas y aragonesas, pudieron entrar en el puerto de Sevilla.
Esta escuadra de Bonifaz, es la primera de todas las de la península ibérica, que se regía por ordenanzas realmente militares, ya que los códigos anteriores, como las “Ordinationes Ripariae”, estaban dirigidas a las naves mercantes.
En el año de 1250, el rey Fernando III, como recompensa a toda su labor, preocupación, saber y éxito, que de sus servicios se obtuvieron, vino en nombrarleAlmirante de Castilla.
El código de las “Siete partidas” publicado en tiempos del rey Alfonso X el “Sabio”, hijo de Fernando III, no hizo más que recoger todo lo anteriormente legislado en tiempos de su padre, en cuanto a lo que la mar se refiere, ya empezando a ponerse en práctica bajo su mandato.
Bonifaz, viéndose abatido físicamente y casi agotado por sus grandes esfuerzos en la tarea de organizar la primera marina de guerra, solicitó del rey ser retirado a su tierra burgalesa, donde fundó el monasterio de San Francisco. Ramón dejó como alcalde de Burgos a su hijo Diego Bonifaz y él se ocupó de cargos de carácter fiscal, llegando a ser veedor de las rentas reales de los puertos de Castilla.
Falleció en la ciudad de Burgos en el año 1256, aunque algunas fuentes señalan que fue en 1252.

Sepultura de Ramón de Bonifaz

Su cadáver recibió sepultura en el desaparecido monasterio de San Francisco de Burgos, que fue destruido durante la Guerra de la Independencia por las tropas francesas, y posteriormente demolido en 1837. En el sepulcro que contenía sus restos mortales fue esculpida la siguiente inscripción:
Durante una visita de la reina Isabel la Católica al monasterio de San Francisco de Burgos, ordenó que la parte final de dicho epitafio, que hacía referencia aFernando III de Castilla, fuera suprimida, y ordenó que se le añadiera la frase: "que fue en ganar a Sevilla con el rey Don Fernando." El sepulcro del primerAlmirante de Castilla, de piedra, era de elevadas proporciones, y sobre su cubierta se hallaba una estatua yacente que representaba al difunto portando su espada, mientras que a sus pies aparecía colocado un perro acostado, símbolo de fidelidad, que portaba el escudo con las armas del Almirante

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HERMANDAD DE LAS MARISMAS SIGLOS XIII-XV




Durante la Edad Media las incursiones normandas por el Norte y árabes por el Sur arruinaron los puertos y las marinas del norte de lo que hoy es España. La pesca era peligrosa y el comercio marítimo portuario, boyante durante el Imperio Romano, se tornó impracticable.
Es a partir del siglo XII cuando los mercaderes navegantes comienzan a adquirir importancia. El Estado es aún débil e inoperante frente a la nobleza terrateniente y el alto clero. Los puertos del Norte de Castilla son claves en el comercio entre el Norte y el Sur de Europa. Por ejemplo el vino de Burdeos es transportado en naos de Castro Urdiales hasta el punto de que se le conoce como “vin de Ordialle”.



Fueros y la Hermandad


El Fuero de Castro, basado en el de Logroño, es de 1163. En 1176 Guipúzcoa solicita unirse al régimen foral de Castilla. Portus Sancti Emeterii (hoy Santander) firma su fuero en el 1187.
Los británicos dominaban la ruta entre Portugal y el Norte de Castilla hacia Flandes, el mar del Norte y el Báltico. Ingleses y gascones cerraban el paso a Sancho IV de Castilla y a Felipe IV de Francia en un comercio con bretones y normandos. Felipe IV el Hermoso cerró los puertos del Atlántico en 1296. En ese mismo año se crea la Hermandat de la Marina de Castilla con Vitoria. Incluye “los concejos de Santander, e de Laredo, e de Castro de Ordiales, e de Vitoria, e de Bermeo, e de Guetaria, e de Sant Sebastián, e de Fuenterrabía, a servicio de Dios, e de nuestro sennor el rey don Fernando”. La inclusión de Vitoria se debe a la importancia del Obispado alavés. Un año después se sumó San Vicente de la Barquera.

Acciones bélicas de la Hermandad


Una flota mercantil armada para la ocasión conquista Sevilla en el año 1248 bajo el reinado de Fernando III. Un hombre de Burgos, Ramón Bonifaz es nombrado primer almirante de Castilla.
Eduardo I de Inglaterra, casado con Leonor de Castilla aprobó en 1306 las treguas entre bayoneses y los “homines de Villarum de Castro Durdiales, de Sancto Andero et de Le Redo, de regno Castellae”. Sin embargo se multiplican los incidentes de los que se queja Eduardo II a Fernando IV. Los marinos cántabros asaltaron Southampton en 1308. Las concordias de Bayona y Westminster indemizaron a navegantes bayones por abordajes de los cántabros.

La Guerra de los Cien Años (1337 a 1453)


Los incidentes siguieron durante los reinados de Eduardo III de Inglaterra, Felipe VI de Francia y Alfonso XI de Castilla.
La alianza de Felipe VI y Alfonso XI provocó que la Hermandad de las Marismas neutraliza a los ingleses en el mar. Sin embargo, cuando Felipe VI no pagó a los marinos de la Hermandad los 40.000 florines que les debía, Eduardo III atacó y venció a los franceses en la batalla de L’Escluse en 1340. Saldada la deuda, los marinos de la Hermandad volvieron a la contienda para ser derrotados por la escuadra inglesa de los Cinco Puertos en Winchelsea en 1350. Ello obligó a Pedro I de Castilla a pactar con Eduardo III de Inglaterra y a éste último con la Hermandad.

Divisiones en la Hermandad en la Guerra Civil


Pedro I se enfrentó al bastardo Enrique de Trastámara. Pedro I cedió a Eduardo III de Inglaterra Castro Urdiales y Vizcaya aunque éstos apoyaron a don Enrique. Guipuzcoanos y Bayona apoyaron a Pedro I. El bastardo se coronó Enrique II y volcó la fuerza de la Hermandad a favor de los franceses.
Imperio naval
Ambrosio Bocanegra, genovés empleado por la Hermandad, comandó la escuadra de las Marismas en la batalla de la Rochelle en 1372.

Batalla naval de la Rochela – s. XIV
El almirante Sánchez de Tovar remontó el Támesis con la escuadra castellana hasta Gravesend, cerca de Londres en 1380. Otros almirantes como Pero Niño, extendieron el poderío naval castellano en el mediterráneo.

El fin de la Hermandad




El rearme de poder de los Reyes Católicos erosionaron la independencia de las hermandades. La rebelión de las comunidades castellanas contra Carlos I fueron su último hecho relevante en la Historia.


Cualquiera que tenga información sobre algún tema de interés puede colaborar poniéndose en contacto con nosotros.

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